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1. Cuando la noche estaba en silencio,
tu Palabra, cuyo trono está en lo alto, como un relámpago, atravesó el cielo, para ser acunada entre las pajas de un pesebre.
2. En el silencio de la noche,
tú, oh Padre, cubriste con el Rocío de tu bondad la zalea de nuestra tierra.
3. En el silencio de la noche,
tú, oh Padre, hiciste caer copiosamente la lluvia de tu Palabra, y de nuestra tierra germinó el Salvador.
4. En el silencio de la noche,
el cántico de los ángeles inundó de alegría nuestra tierra, sumida en una gran tristeza.
5. En el silencio de la noche,
los pastores, que vigilaban sus rebaños despiertos, se llenaron de júbilo con el anuncio de los ángeles.
¡Grande es, Señor, el día del Nacimiento de tu Hijo!
6. En el silencio de la noche,
corderos y ovejas se despertaron balando para alabar a su Pastor, que vino a ellos como Cordero.
7. En el silencio de la noche,
un buey y una mula calentaban a un Niño que, aterido de frío, traía fuego a la tierra.
8. En el silencio de la noche,
la estrella que recorría el cielo desde Oriente, se detuvo sobre un humilde establo, asombrada por el resplandor de una Luz que brillaba más fuerte que el sol.
9. Con las primeras luces del alba,
el gallo, despertado por el canto de los ángeles y por la música de los panderos y las cítaras, quedó enmudecido.
10. Y ya no volvió a entonar su triste kikirikí
hasta la noche de la Cena, para despertar en Pedro el arrepentimiento y el llanto.
¡Grande es, Señor, el día del Nacimiento de tu Hijo!
11. Este día, antes que el panadero de Belén calentase el horno y preparase la masa de pan,
tú, oh Dios, habías amasado el pan de la carne de tu Verbo y con el fuego de tu Espíritu lo habías horneado.
12. Este día, antes que el alfarero trabajase el barro de sus vasijas,
tú, oh Padre, tomaste el barro de la tierra virgen y modelaste con tus propias manos la carne tu Hijo.
13. Este día, antes que el posadero escanciase el vino de sus tinajas,
tú, oh Padre, habías abierto el odre de tus entrañas y derramaste sobre la tierra el Vino de tu Misericordia.
14. Este día, antes que la samaritana madrugara para sacar agua del pozo,
tú, oh Padre, hiciste manar una Fuente inagotable de agua que da Vida eterna.
15. Este día, antes que el pastor despertara para ir a apacentar su rebaño,
tú, oh Padre, nos enviaste a tu Hijo, Buen Pastor, que nos busca y, lleno de ternura, nos pone sus hombros.
¡Grande es, Señor, el día del Nacimiento de tu Hijo!
16. Este día, antes que el médico fuera a llevar la medicina a los enfermos,
tú, oh Padre, nos procuraste al Médico que cura nuestras enfermedades y nos proporciona la Medicina de la inmortalidad.
17. Este día, antes que el ciego dejara su casa para tumbarse junto al camino,
tú, oh Padre, nos enviaste la Luz que ilumina a todos los hombres.
18. Este día, antes que el pobre mendigo se sentara junto al templo,
tú, oh Padre, nos habías regalado al Pobre que nos enriquece con su pobreza.
19. Este día, antes que las jóvenes vírgenes se prepararan para recibir al esposo,
tú, oh Padre, habías preparado para el Esposo el seno de una Virgen.
20. Este día, antes que los peregrinos emprendieran su camino,
tú, oh Padre, pusiste a nuestro lado al Peregrino que nos acompaña, haciéndose Camino.
¡Grande es, Señor, el día del Nacimiento de tu Hijo!
21. Este día, antes que los pescadores salieran a sus faenas en el lago,
tú, oh Padre, nos diste al Pescador que nos rescata del mar del pecado.
22. Este día, antes que el samaritano cuidara del malherido con vinagre y aceite,
tú, oh Padre, hiciste que tu Hijo, Buen Samaritano, nos visitara con el vinagre de tu compasión y el aceite de tu misericordia.
23. Este día, antes que el sembrador saliera a sembrar la semilla en su campo,
tú, oh Padre, habías sembrado la semilla de tu Verbo en nuestra tierra.
24. Este día, antes que el labrador saliera a trabajar el campo,
tú, oh Padre, como sabio agricultor, habías preparado el huerto cerrado del que había de brotar el Árbol de la vida.
25. Este día, antes que el carpintero trabajara la madera en su humilde taller,
tú, oh Padre, habías tallado una cuna cubierta de paja para tu Hijo.
26. Este día, antes que los publicanos madrugaran para cobrar los impuestos,
tú, oh Padre, nos diste a tu Hijo que vino para cancelar nuestras deudas.
27. Este día, antes que la viuda saliera de su casa para dejar a su hijo en el sepulcro,
tú, oh Padre, nos dejaste a tu Hijo para liberarnos del sepulcro.
28. Este día, antes que el tejedor de tiendas empezara su trabajo,
tú, oh Padre, habías tejido una tienda para tu Hijo en el seno de María.
29. Este día, antes que las tejedoras tejieran los vestidos más elegantes,
tú, oh Padre, habías tejido en tu Hijo una túnica de gloria para revestirnos a todos nosotros.
30. Este día, antes que los sacerdotes se dirigieran al templo para ofrecer el culto,
tú, oh Padre, nos ofreciste a tu Hijo como Sumo y Eterno Sacerdote.
31. Este día, tú, oh Padre, hiciste que dos jóvenes esposos, vírgenes, acogieran en su regazo al que venía como Esposo virgen de la Iglesia.
¡Grande es, Señor, el día del Nacimiento de tu Hijo!
¡Gloria y alabanza a ti, Padre de la Misericordia!
¡Gloria y alabanza al Hijo, Misericordia encarnada!
¡Gloria y alabanza al Espíritu Santo, Misericordia derramada!
¡FELIZ NOCHEBUENA!
¡FELIZ NAVIDAD!
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